Cada día, nuevas técnicas de ciberestafa salen a la luz, y con ellas, historias de personas que han sido víctimas, perdiendo grandes sumas de dinero o exponiendo su privacidad. A pesar de las campañas de concienciación y los recursos disponibles para reconocer y evitar fraudes, los timos continúan prosperando.

¿Por qué ocurre esto? La respuesta radica en la mente humana. Nuestra psicología puede ser un eslabón más débil en la cadena de la ciberseguridad que cualquier vulnerabilidad de software. Los estafadores que comprenden qué nos motiva pueden manipularnos eficazmente.

A través de lo que muchos expertos comparan con una ‘guerra psicológica’, logran que los usuarios tomen decisiones impulsivas que, en retrospectiva, parecen absurdas. Exploraremos las tácticas psicológicas más frecuentemente usadas por los estafadores y cómo podemos protegernos de ellas.


1. El principio de coherencia: empieza con algo pequeño

Uno de los recursos más eficaces que usan los estafadores es comenzar con peticiones triviales. Esta técnica se basa en el hecho de que, cuando una persona acepta hacer algo pequeño, se incrementa su probabilidad de aceptar solicitudes más relevantes posteriormente, porque queremos actuar de manera coherente con nuestras decisiones previas.

Por ejemplo, una llamada de un número desconocido donde el estafador se presenta como un profesional que previamente habíamos contratado. Mientras nos entretiene con conversación casual, extrae pequeños fragmentos de información que luego puede usar para construir un fraude más elaborado.


2. Crear una falsa urgencia

La presión del tiempo es una táctica frecuente que interfiere directamente con nuestra capacidad de razonar. Al presentar escenarios falsos en los que debemos actuar «de inmediato» —como una supuesta deuda con Hacienda o una cuenta bancaria a punto de ser bloqueada— los estafadores activan nuestras emociones, evitando que pensemos con lógica o que consultemos con otros.

Así, el miedo, la culpa, la codicia y la empatía son emociones comúnmente explotadas. A través del miedo, nos hacen obedecer órdenes absurdas; con la codicia, nos prometen retornos financieros; y con la empatía, nos presentan historias conmovedoras que apelan a nuestra necesidad de ayudar.


3. Construir una relación: el poder del vínculo

No todas las estafas se basan en la rapidez. Muchas veces, se extienden en el tiempo. A través de conversaciones prolongadas, los estafadores cultivan una relación de confianza con la víctima. Se presentan como amables, comprensivos, atentos. Las estafas basadas en falsos romances, cada vez más frecuentes, se basan en esto.

El desgaste cognitivo también juega un papel clave. Cuanto más tiempo pasamos hablando con alguien, más propensos somos a tomar decisiones bajo fatiga. Además, este tipo de estafa aleja a la víctima de sus redes de apoyo, como amigos o familiares, que podrían alertarla de lo que realmente ocurre.


4. Personalización del engaño: el uso de datos privados

Los estafadores modernos utilizan datos personales obtenidos de diversas fuentes para perfilar a sus víctimas y adaptar sus tácticas. Una investigación reciente reveló cómo organizaciones criminales compran bases de datos privadas para identificar a personas vulnerables y estafarlas mediante anuncios falsos, especialmente relacionados con criptomonedas. Estos datos incluyen información sobre enfermedades, historial de compras, estado emocional y preferencias políticas, obtenidos a través del uso de aplicaciones y sitios web.


5. El efecto halo: la influencia de la apariencia

El efecto halo es un sesgo cognitivo que nos lleva a asumir que si una persona tiene una cualidad positiva, como ser atractiva o carismática, también posee otras cualidades positivas. Los estafadores explotan este sesgo presentándose de manera atractiva o asociándose con figuras públicas para ganar la confianza de sus víctimas. 

Cómo protegernos

  • Desconfía de la urgencia: Si alguien te presiona para actuar rápidamente, tómate un momento para reflexionar.

  • Verifica la información: Antes de proporcionar datos personales o realizar pagos, confirma la identidad de la persona o entidad.

  • Consulta con otros: Habla con amigos o familiares sobre situaciones sospechosas.

  • Mantente informado: Conoce las tácticas comunes de estafa y cómo funcionan.

La conciencia y la educación son nuestras mejores herramientas para evitar caer en estas trampas. Al comprender cómo los estafadores manipulan nuestras emociones y decisiones, podemos fortalecer nuestra resistencia y protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.

Fuente: https://eju.tv/